La capa más superficial de la piel, conocida como capa córnea, es la que se encarga de procurarnos una barrera de protección contra las agresiones. Pero para poder hacerlo de manera correcta, necesita una cantidad adecuada de agua y lípidos.
Es cuando estos dos elementos no están presentes en la cantidad necesaria cuando aparece la sequedad y la descamación de la piel.
Hay que saber que la piel es rica en glándulas sebáceas en la conocida zona T, o lo que es lo mismo, frente, nariz y mentón. Esto quiere decir que esta zona cuenta con una mayor protección que el resto de piel del rostro.
Pero en las pieles secas, estás glándulas producen menos cantidad de sebo, por lo que no cuenta con tanta protección. A esto hay que sumarle los factores externos que a diario se encargan de atacar la piel.
El frío, sol o viento, la contaminación, la climatización (calefacción o aire acondicionado), los productos de limpieza o el afeitado en los hombres, puede hacer que la piel se irrite. Se notará una falta de confort y tirantez, pudiendo llegar incluso hasta el picor o la sensación de calor.
En caso de que no se puede corregir esta sequedad de la piel, es muy probable que aparezca la descamación en zonas determinadas. En el caso de las mujeres, el maquillaje puede acentuar aun más esos problemas.
Para evitar que esto suceda, es necesario tener una rutina de higiene con un tratamiento adecuado para cada tipo de piel. Incluye alguna leche limpiadora o tónico que limpien suavemente la piel a la vez que aportan elementos hidratantes y nutritivos para mantener el confort.
En el caso de los hombres, es recomendable dejar de utilizar lociones alcohólicas resecantes, apostando mejor por algún bálsamo para el afeitado con propiedades hidratantes.